Inventario de puentes y viaductos de la línea del AVE Madrid-Barcelona.
Las infraestructuras de alta velocidad suponen la materialización de una lógica política y económica que en aras de la vertebración territorial y progreso económico estructuran el espacio y en cierto modo los hábitos de vida. Pero los criterios sobre los que se sustenta el discurso del Estado superaron hace tiempo los criterios de rentabilidad social convirtiéndose en un instrumento especulativo para el poder político (conseguir votos) y el poder económico (redistribuir y reinvertir el excedente de capital).
La velocidad se ha convertido en un valor fundamental no ya para una sociedad que se quiere moderna sino para la construcción del mundo en general. Su aura tecnológica y su poder de seducción, siempre a la última, la hace ideal para los propósitos del poder político y económico. Y si el viajero se queda sin la experiencia del lugar por el que transita invisibilizando el territorio, el espectador queda fascinado por el espectáculo sin ver más allá, “por lo menos se ve en que se gastan el dinero los políticos”.
Este es un recorrido por los puentes y viaductos de la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Barcelona para explorar las implicaciones sociales y ambientales de un territorio a la sombra del AVE. Un territorio que sostiene la infraestructura más poderosa y emblema de modernidad de España, pero que la deja al margen de la imagen que proyecta. Una infraestructura fruto del poder político y económico al servicio de la especulación y la espectacularización.
Pero más allá de los efectos sobre el territorio: despoblación rural, polarización espacial, tensiones territoriales, impacto ambiental, corrupción política… el proyecto reflexiona sobre los efectos de la velocidad y su concreción espectacular. En su recorrido se exploran los vínculos entre fotografía y ferrocarril, la percepción y objetivación del tiempo, y la fragmentación y representación del espacio.
